Cambiar de herramienta tecnológica, mejorar, disponer de las últimas novedades es algo que hacemos habitualmente según nuestros intereses y disponibilidad económica. Hasta ahora todo iba bien más o menos. Era agradable estrenar un nuevo aparato. Pero en esta ocasión el sabor es agridulce. ¿Está justificado un gasto tan importante en la actualización del teléfono?
Ante esta situación uno se busca varias escusas y justificaciones para creérselo y hacer que los que le rodean se lo crean, pero en el tema de los teléfonos de gama alta y sus precios me quedan muchas dudas aunque tengo que reconocer que he tardado muy pocos días el comprar lo último. Es que me viene muy bien, es que tengo que estar a la última, es que hay actualizaciones de aplicaciones que son necesarias... !Y una porra! Me va a doler el bolsillo un tiempo. Pues José no lo hagas me dice mi conciencia, pero mi parte mala de diablo me dice:
-Venga hombre que es una herramienta de trabajo.
Nuestro mundo es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario